04 julio 2007

Como en el famoso vals, Chile, Bolivia y Perú van...
Amarraditos los tres en la salida al mar



No hay que esperanzarse demasiado con los recientes acercamientos entre Chile, Bolivia y Perú. Las relaciones entre ellos son de las peores en Latinoamérica, debido a las consecuencias de la Guerra del Pacífico (1879-1884). Con Bolivia, Chile mantiene el diferendo territorial más antiguo de Sudamérica (128 años), y con Perú hemos estado incluso al borde de un nuevo enfrentamiento bélico. Las heridas del conflicto aún no han cicatrizado, como se puede ver en el siguiente video:
Cariño malo

A mayor abundamiento, de los últimos 50 años, en sólo 10 hemos tenido relaciones con Bolivia a nivel de embajadores. Hoy, sólo son de cónsules generales. Así ha sido con el país altiplánico desde Pacto de Tregua de 1884 (que cedió antofagasta a Chile) y el Tratado de “Paz y Amistad” de 1904: largos períodos de disputas y breves lapsos de acercamiento, como parece ser en la actualidad.

Esta extensa disputa tiene un solo y gran núcleo: el “derecho a un acceso soberano al mar”, como lo llama Bolivia, o “aspiración marítima boliviana”, según la cancillería chilena. En este tema, la doctrina chilena ha sido de la bilateralidad, o sea, un problema que sólo incumbe a ambos países, mientras que Bolivia había seguido hasta ahora la estrategia de recurrir a todos los foros internacionales.

No obstante, con la proposición de un corredor al norte de Arica y un enclave en las costas de Antofagasta, ambos sin soberanía, Bolivia parece admitir el realismo político: Chile sólo aceptará una salida al mar soberana de Bolivia al norte de Arica, porque así no divide el territorio nacional. Sin embargo, Perú se opone a que Bolivia obtenga soberanía sobre antiguos territorios peruanos. Por eso, parafraseando al famoso vals peruano, podemos decir que vamos amarraditos los tres... De esto nos da cuenta el diputado radicalsocialdemócrata Carlos Abel Jarpa, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Baja:


El corredor al norte de Arica es el diseño de solución más perdurable, pero no es nuevo. Nació en 1950, pero se hizo famoso en 1975, por el Abrazo de Charaña entre Pinochet y Hugo Banzer. En ambas oportunidades, Perú se opuso, invocando el Tratado de 1929, que prohíbe la cesión de ex territorios peruanos sin la aprobación de Lima. Pero la proposición boliviana no considera el traspaso de soberanía, sino que la concesión o arriendo a plazo fijo.

El nuevo realismo boliviano tiene una base económica. El conflicto permanente con Chile interfiere en el desarrollo de la nación altiplánica. Simplemente no tiene explicación lógica que un país rico en gas natural no le venda a otro en constante escasez de ese producto. En cambio, Bolivia ha impulsado la famosa política “molecular”: ni una molécula de gas si no hay salida al mar.


En todo caso, el intercambio comercial entre ambos países es bastante pobre. Según datos del Servicio Nacional de Aduanas, en 2006 el comercio de Chile y Bolivia fue de 344,5 millones de dólares, sólo el 0,3% del total de US$ 90.683 millones que Chile comerció con el mundo el año pasado.

Las exportaciones chilenas a Bolivia fueron de US$ 286,2 millones (químicos, aceites combustibles destilados, estructuras de acero), mientras que las importaciones chilenas desde Bolivia alcanzaron a US$58,3 millones (bienes intermedios como tortas de soya y puertas de madera). Saldo a favor de Chile por US$ 227,9 millones. Eso sí, el contrabando es cuantioso y llega a los 30 millones de dólares anuales.

¿Por qué es importante para el futuro de Chile resolver el problema con Bolivia? Primero, por la obvia necesidad de gas para Chile, pero también para el desarrollo del circuito energético (gasoducto) en Sudamérica. Este conflicto entorpece su avance. También es importante para el desarrollo de corredores bioceánicos, porque Argentina y Brasil quieren acceder a los mercados de la Apec.

Pero el progreso del norte de Chile es tan importante como el tema del gas. Y sólo se logrará gracias a la integración con el occidente boliviano y el sur peruano. Esa es la clave para el futuro de Arica, Iquique y Antofagasta. El desierto podría transformarse en un territorio fértil gracias a los abundantes manantiales y ríos del altiplano boliviano.

También hay enormes potencialidades agropecuarias, turísticas, mineras, energéticas, de infraestructura y comunicación, y siempre será más costoso integrarse a Santiago, Lima o a La Paz que dentro de la misma región. Otra visión de las relaciones entre Chile, Perú y Bolivia la da el diputado PPD Jorge Tarud, también miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Baja:

Los problemas limítrofes entre Chile, Bolivia y Perú confluyen en Arica, pero en el caso de Perú, la doctrina chilena es que “no hay temas pendientes”,en virtud del Tratado de 1929 que entregó Arica a Chile y Tacna a los peruanos. Sin embargo, Perú nunca ha renunciado a recuperar Arica y el resto de las “provincias cautivas”. Y a corto plazo, Perú aspira a una delimitación marítima frente al mar de Arica.

Este mapa muestra las diferentes posiciones en la delimitación marítima. La línea equidistante es la exigencia peruana. La del paralelo geográfico es la de Chile. La tercera de las 200 millas peruanas llega muy abajo en el Mar de Chile.
¿Y qué hay detrás de esta delimitación? Casi 36.000 kms2 de océano muy rico en anchoveta y otros peces usados en la elaboración de harina de pescado. Perú es el principal productor mundial y Chile el segundo. La verdad es que entre Chile y Perú siempre ha existido una tendencia histórica a la competencia comercial, comenzando por los puertos de Valparaíso y Callao, en el siglo XIX.

Como resultado de esta tendencia histórica, tenemos las disputas por el origen del pisco y el pisco-sour, el cebiche, la papa, la chirimoya, la lúcuma y el suspiro limeño, por mencionar algunos. ¿Qué piensan algunos de los peruanos residentes en Chile acerca de esta disputa por el pisco? Veamos el siguiente video:
Disputa por el origen del pisco


Además, el intercambio comercial no es muy abultado. En 2006 ambos países comerciaron US$ 2.358 millones, el 2,5% del total de US$ 90.683 millones que Chile comerció con el mundo el año pasado. Las exportaciones chilenas a Perú fueron de US$ 931,6 millones (químicos, petroquímicos, bienes industriales y metalmecánicos, papel, celulosa y cartones).Y las importaciones chilenas desde Perú alcanzaron los US$1.426,7 millones (bienes mineros primarios, especialmente molibdeno, y productos intermedios). Saldo en contra de Chile por US$ -495,1 millones.

¿Por qué es importante solucionar los problemas con Perú? Ya vimos que al desarrollo del norte chileno y occidente boliviano se sumaría el sur peruano. Pero lo más importante en lo inmediato es detener la permanente carrera armamentista entre Chile y Perú y redirigir el presupuesto de Defensa al progreso de ambos pueblos. Lamentablemente, la Guerra del Pacífico dejó heridas que el tiempo no curó y que el futuro puede agravar.

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